sábado, 6 de diciembre de 2008

Hipatia de Alejandría, la filósofa mártir

Uno de nuestros cineastas más internacionales, Alejandro Amenábar, se encuentra en estos momentos rodando su última película; después de éxitos como Los otros o la oscarizada Mar adentro, Amenábar se ha rodeado de misterio para sumergirse de lleno en la historia y hablarnos de una de las mujeres más sabias y enigmáticas de la antigüedad, la filosósofa y astrónoma Hipatia de Alejandría. De la película se sabe muy poco (lo único que el director ha dejado que trascienda del rodaje), tan sólo el título, Ágora, y el personaje central, Hipatia. Pero, ¿quién fue esta misteriosa dama?
Hipatia nació en Alejandría hacia el 355 d. C., cuando esta ciudad de Egipto continuaba siendo la gran metrópoli helénica de las artes y la cultura; su padre, Teón de Alejandría, fue un conocido astrónomo y matemático que, además, dirigía la Biblioteca del Serapeo; Hipatia trabajó con él en diversas obras y escribió además tratados sobre geometría y astronomía, aunque destacó sobre todo en filosofía, llegando a ocupar la cátedra de esta disciplina en la escuela de Alejandría, donde enseñaba las doctrinas de Platón y Aristóteles. Era considerada un modelo de sabiduría y consultada por las autoridades de la ciudad, como el prefecto Orestes, delegado del emperador.
Mujer de gran belleza, cuenta la tradición que se mantuvo virgen y llegó a disuadir de sus amores a un alumno que se enamoró de ella enseñándole paños con su menstruación (anécdota un tanto desagradable que cita la enciclopedia bizantina Suda).
Desde el siglo II, Alejandría era uno de los principales centros del cristianismo y la cabeza de la iglesia egipcia; los cristianos alejandrinos mostraron una creciente hostilidad contra la cultura pagana, sobre todo desde que el emperador Teodosio decretara el fin del paganismo, y en el 391 el Serapeo de Alejandría fue tomado y profanado por un grupo de cristianos instigados por el obispo Teófilo. Sin embargo, Hipatia siguió impartiendo sus enseñanzas hasta el 415, año en el que estalló una crisis entre Cirilo, obispo –sucesor de Teófilo- y patriarca de Alejandría, y el prefecto Orestes; tras un primer ataque al prefecto por parte de monjes del desierto, partidarios de Cirilo, uno de ellos fue ajusticiado, hecho que aprovechó el patriarca para proclamarlo mártir de la fe. Como Hipatia mantenía amistad con el prefecto Orestes, los cristianos la responsabilizaron del conflicto y una muchedumbre enloquecida interceptó el carro en que viajaba, la arrojaron al suelo y le arrancaron las vestiduras. La arrastraron hasta una iglesia cercana, donde la despedazaron para arrojar sus restos al fuego (algunos la consideraban una peligrosa hechicera).
Aunque murió cuando contaba alrededor de sesenta años, en el arte la encontramos representada como una hermosa joven, por ejemplo en el célebre fresco de Rafael La escuela de Atenas, donde se codea con personajes de la talla de Platón, Aristóteles o Sócrates, o en la obra de C. W. Mitchell, donde aparece desnuda en el altar de la iglesia en la que está a punto de ser inmolada. Parece que Amenábar también se ha decantado por esta imagen de la filósofa, pues ha elegido para encarnarla en la pantalla a la bella y joven actriz Rachel Weisz (Belleza robada, El jardinero fiel). Esperamos ansiosos el estreno de la película, previsto para septiembre.